El gallifante mal llamado 'pato-pavo'

Leo en el periódico que a mi adorado 'gallifante' del Segura unos bloggeros le han encontrado nombre: pato-pavo. Ale, le veo un moco y le planto un nombre cutre. Sin consideración ninguna por el animal que sobrevive, cría y festeja sus días en el río Segura.

Esta especie nuestra no es tan nuestra como parece. Resulta que el bicho tiene nombre real de pato de verdad, y no es otro que 'pato criollo'. Así que mi ilusión al fondo... del río... y por supuesto la de los 'bloggeros detectives' también.

Y es que estos chicos se han propuesto desmantelar la contaminación del Segura murciano empezando a contar las especies 'mutantes' que se encuentran en él. Una investigación profunda para la que utilizan cámaras de video, testimonios de pescadores y un alto grado imaginativo. Pero ¡oye! un entretenimiento tan respetable como otro cualquiera.

Yo por mi parte tengo mi propia historia con mi 'gallifante' (al cual, por supuesto, me niego a llamar pato-criollo y muchísimo menos pato-pavo). Después de años de instituto viéndonos las caras cada mañana y cada tarde nos acabamos cogiendo cariño. Al igual que todos los años sufríamos la desdicha de la separación vacacional. Aunque, cuál fue mi sorpresa al descubrir a sus primos en un céntrico parque de Palencia. Claro, ahí el mito del 'gallifante' se me vino abajo, pero no por ello perdió el nombre que yo le puse.

Así que entiendo que estos bloggeros defiendan su pato-pavo como icono de la contaminación del Segura. Al fin y al cabo, cada uno ve siempre lo que quiere ver.

(más información sobre el pato criollo aquí)