Insectos: alimento nutritivo
Ni bonitos ni apetecibles, pero sí nutritivos. Así son los insectos,quizás la solución
para alimentar a los casi 6.700 millones de personas del planeta.
De todos los animales del planeta, el grupo de los insectos supone un 75%. De este porcentaje, algo más de la mitad, 527 especies, pueden utilizarse como sustento para humanos. Fuente de proteínas, grasas y micronutrientes, han servido de alimento a lo largo de la historia gracias a su abundancia y a ciertos aspectos culturales que, en la mayor parte de Europa, no han tenido lugar.
Los países con clima tropical son los más habituados a este alimento por la abundancia de insectos, la diversidad de sus especies y una producción constante a lo largo del año. África, Asia, ciertas zonas de América Latina y Japón son los puntos donde más entomofágicos podemos encontrar. El clima de estas zonas es idóneo para el cultivo de insectos, ya que crecen más grandes y su producción no mengua en ninguna estación del año, como ocurriría en Europa por sus fríos inviernos.
Estas condiciones favorables para su reproducción son también la razón de que en esas zonas la entomofagia se haya aceptado como forma de alimentación. La población, acostumbrada a la ingesta de saltamontes, gusanos de seda y orugas, no comparte la aversión de los europeos por esta fuente de nutrientes. En cuanto a su recolección, esta es llevada a cabo normalmente en bosques, donde autóctonos del lugar seleccionan cuidadosamente las especies comestibles evitando así las venenosas e infectadas. Esta industria, perfectamente arraigada en los países productores, garantiza una correcta selección de insectos preservando la salud de los consumidores. Los bosques son los otros beneficiarios del cultivo de insectos, ya que se preservan mejor por un mayor cuidado de la población que vive de la recolección de sus especies.
Exportaciones de insectos a Europa
Esta costumbre ha generado también una industria encargada de acercar los insectos alimenticios a cualquier parte del mundo. Así, de manera paulatina, el consumo de estas especies empieza a darse en países como Francia o Bélgica, importadoras de entre tres y cinco toneladas al año de orugas imbrasia del Congo.
También Estados Unidos se ha sumado a esta forma de alimentación, exportando productos de México como el gusano de maguey o larvas de escarabajo. Incluso Internet se ha convertido en una herramienta para cualquier persona que desee incluir en su dieta este tipo de animal.
Como países exportadores de insectos para consumo humano, podemos señalar Camboya, China, República Democrática Popular de Lao y Tailandia. En esta última, son 15.000 los hogares donde la economía se sustenta gracias a esta industria.
Principales insectos comestibles
Dentro de los insectos, diferenciamos cuatro grandes grupos: escarabajos; hormigas, abejas, avispas; saltamontes y grillos; polillas y mariposas. Esta familia de animales formada por mil especies, cuenta con 527 que son comestibles. Los más consumidos, los saltamontes, las termitas (huevos), escarabajos (larvas), abejas, gusanos de seda y orugas. Otras especies que han encontrado un hueco en las barras de algunos establecimientos, son los escorpiones, grillos, langostas, avispas, cigarras, hormigas o libélulas.
Lejos de su aspecto poco apetecible, los insectos comestibles son altamente nutritivos y ricos en proteínas, grasas y micronutrientes. Además, presentan una cantidad de aminoácidos mejor aún que la recomendada por la FAO.
Información nutricional
En cuanto a las proteínas, su composición, al igual que los lácteos derivados de la vaca, el pescado, el pollo o el vacuno, es baja en cisteína (10-14% presente en piel y cabello), un aminoácido no esencial que funciona como antioxidante. Por otro lado, los valores de lisina y treonina, dos de los ocho aminoácidos esenciales para el ser humano, son altos. En las vitaminas y minerales presentes en los insectos, son el hierro y el zinc los protagonistas. Por ello se recomienda su ingesta a los vegetarianos, con una dieta baja en este último nutriente. La quitina, material base del exoesqueleto de los insectos, es una fuente de fibra recomendable por los expertos. Los ácidos grasos, presentes también en insectos, alcanzan un grado de saturación similar al de las aves de corral y al pescado.
Estas condiciones favorables para su reproducción son también la razón de que en esas zonas la entomofagia se haya aceptado como forma de alimentación. La población, acostumbrada a la ingesta de saltamontes, gusanos de seda y orugas, no comparte la aversión de los europeos por esta fuente de nutrientes. En cuanto a su recolección, esta es llevada a cabo normalmente en bosques, donde autóctonos del lugar seleccionan cuidadosamente las especies comestibles evitando así las venenosas e infectadas. Esta industria, perfectamente arraigada en los países productores, garantiza una correcta selección de insectos preservando la salud de los consumidores. Los bosques son los otros beneficiarios del cultivo de insectos, ya que se preservan mejor por un mayor cuidado de la población que vive de la recolección de sus especies.
Exportaciones de insectos a Europa
Esta costumbre ha generado también una industria encargada de acercar los insectos alimenticios a cualquier parte del mundo. Así, de manera paulatina, el consumo de estas especies empieza a darse en países como Francia o Bélgica, importadoras de entre tres y cinco toneladas al año de orugas imbrasia del Congo.
También Estados Unidos se ha sumado a esta forma de alimentación, exportando productos de México como el gusano de maguey o larvas de escarabajo. Incluso Internet se ha convertido en una herramienta para cualquier persona que desee incluir en su dieta este tipo de animal.
Como países exportadores de insectos para consumo humano, podemos señalar Camboya, China, República Democrática Popular de Lao y Tailandia. En esta última, son 15.000 los hogares donde la economía se sustenta gracias a esta industria.
Principales insectos comestibles
Dentro de los insectos, diferenciamos cuatro grandes grupos: escarabajos; hormigas, abejas, avispas; saltamontes y grillos; polillas y mariposas. Esta familia de animales formada por mil especies, cuenta con 527 que son comestibles. Los más consumidos, los saltamontes, las termitas (huevos), escarabajos (larvas), abejas, gusanos de seda y orugas. Otras especies que han encontrado un hueco en las barras de algunos establecimientos, son los escorpiones, grillos, langostas, avispas, cigarras, hormigas o libélulas.
Lejos de su aspecto poco apetecible, los insectos comestibles son altamente nutritivos y ricos en proteínas, grasas y micronutrientes. Además, presentan una cantidad de aminoácidos mejor aún que la recomendada por la FAO.
Información nutricional
En cuanto a las proteínas, su composición, al igual que los lácteos derivados de la vaca, el pescado, el pollo o el vacuno, es baja en cisteína (10-14% presente en piel y cabello), un aminoácido no esencial que funciona como antioxidante. Por otro lado, los valores de lisina y treonina, dos de los ocho aminoácidos esenciales para el ser humano, son altos. En las vitaminas y minerales presentes en los insectos, son el hierro y el zinc los protagonistas. Por ello se recomienda su ingesta a los vegetarianos, con una dieta baja en este último nutriente. La quitina, material base del exoesqueleto de los insectos, es una fuente de fibra recomendable por los expertos. Los ácidos grasos, presentes también en insectos, alcanzan un grado de saturación similar al de las aves de corral y al pescado.
* Artículo de propia autoría publicado en Suite101 el 22 de noviembre de 2011 y retocado en Elbailedelpescao el 7 de febrero de 2013.