Reducir el consumo de gasolina y la emisión de CO2
IDAE revisa los coches comercializados en España y destaca modelos de
Lexus, Toyota, Smart y Volkswagen como los de mayor eficacia energética.
La utilidad del coche como medio habitual de transporte, se debate entre sus ya conocidos pros y el aumento de los contras. Poco a poco, escala posiciones acercándose a la denominación de bien de lujo, pues es caro de mantener y está sumido en una incertidumbre constante de variaciones en el precio o el suministro.
No obstante, muchos ciudadanos siguen utilizando el coche en lugar del transporte público debido a sus necesidades particulares. Acatar los cambios, intentando que estos supongan el menor coste posible, es la única opción que queda. Para ello, nada mejor que seguir unas pautas para ahorrar combustible y descender la contaminación por CO2.
Menor gasto de combustible, menor emisión de CO2
El CO2 que emiten los coches a la atmósfera, es directamente proporcional a su gasto de carburante. Así, a más consumo, mayor emisión. Más concretamente, 2,32 kg/litro en el caso de los motores de gasolina y, algo más, 2,6 kg/litro en el caso de coches diesel. Esta mínima diferencia se reduce si tenemos en cuenta que el vehículo con motor de gasóleo recorre 16 kilómetros por litro y el de gasolina tres menos. Estos datos variarán en función del modelo del coche adquirido. De este modo, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha elaborado un informe que destaca los coches que menos emisiones de CO2 realizan por kilómetro recorrido.
- Motor de gasolina:
- Lexus CT 200h: emite 87gramos de CO2 cada kilómetro recorrido.
- Toyota Auris HIBRIDO: emite 89 gramos de CO2 por kilómetro.
- Toyota Prius 1.8 HSD: la emisión de CO2 se eleva a 89 gramos por kilómetro.
- Motor de gasóleo:
- Smart Fortwo 40 CDI Pure Cabrio Manual (softip): Emisión de 86 gramos cada kilómetro recorrido.
- Smart Fortwo 40 CDI Pure Coupe Manual (softip): Por kilómetro recorrido, 86 gramos de CO2.
- Volkswagen Polo 1.2 TDI Man. 5V Eco 2 Start-Stop GT: 87 gramos de CO2 por kilómetro.
Mantenimiento del coche para optimizar el combustible
La adquisición de un vehículo, conlleva un compromiso de mantenimiento que es vital para el óptimo rendimiento del coche. El cuidado con constancia y esmero, siempre se verá reflejado en un menor consumo de combustible y, por lo tanto, una menor emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
El motor, corazón del vehículo, será lo primero a tener en cuenta tanto por mejora de rendimiento como por seguridad. Los cambios a destiempo del aceite, las bujías o los filtros, pueden llegar a aumentar el consumo hasta en un nueve por ciento, por lo que se recomienda cumplir con los plazos de las revisiones.
Las revoluciones por minuto del coche parado, en ralentí, deben rondar las 900 por minuto, lo que conlleva, ya de por sí, un consumo cercano al medio litro por hora. La presión de los neumáticos, es otro de los números importantes para una utilización óptima del vehículo. Si dicha presión se sitúa por debajo de los 0,3 bares establecidos para el vehículo, el consumo de combustible aumentaría en un tres por ciento.
Reducir el gasto en trayectos largos
Con el destino elegido, lo conveniente es planificar la ruta a seguir con el fin de evitar aquellas vías que pudieran estar más congestionadas. El equipaje debe ser revisado y reducido a lo necesario, pues hay que tener en cuenta que por cada cien kilogramos el consumo aumenta en un cinco por ciento. El mismo porcentaje que se incrementa el gasto de combustible si se conduce con las ventanillas totalmente bajadas. Mucho menos que el coste que supondría viajar con la baca del coche, hasta un 35 por ciento más. Por eso mismo, conviene retirarla si no se va a utilizar durante el trayecto.
En el caso del aire acondicionado, que genera un gasto adicional del 25 por ciento de combustible, una opción a su uso sería la ventilación forzosa del vehículo, ya que esta no supone ningún gasto. No obstante, cabe recordar que la temperatura aconsejable en el interior del coche ronda los 23-24 grados para evitar que el conductor se vea afectado por una mala ventilación.
Menor consumo en casco urbano
El combustible disminuye mucho más rápido en trayectos cortos que en grandes desplazamientos. Más del doble, hasta 20 litros cada cien kilómetros, es lo que puede llegar a consumir un turismo que circule por casco urbano. Por eso, lo primero que se aconseja es que el uso del vehículo en estos casos se limite lo máximo posible, al tiempo que se promueve el uso del transporte público.
De tener que utilizar el coche por necesidad, conviene que durante el arranque, este se efectúe lo más suave posible para evitar así el consumo de combustible con acelerones bruscos. La primera marcha solo debe servir para arrancar, así que habrá que cambiar a la segunda, tan rápido como el coche lo permita. Las marchas cortas suponen un mayor gasto de gasolina por lo que, siempre que se respete la Ley, se deben utilizar las marchas más largas. Para cambiar de una a otra, lo ideal para los motores de gasolina es hacerlo entre las 2.000 y 2.500 revoluciones, mientras que los de gasóleo deberán hacerlo antes, entre 1.500 y 2.000 revoluciones por minuto.
* Artículo de propia autoría publicado en Suite101 el 8 de marzo de 2011 y retocado en Elbailedelpescao el 7 de febrero de 2013.