Indignados en campaña

En estos tiempos de campaña que corren (porque ya estamos en campaña...) me llama la atención una cosa en especial. Por un lado, los partidos políticos propagando su discurso ganador por cada rincón del país. Por otro, los manifestantes visibles del 15M, recorriendo el país difundiendo su discurso del que el 80% de la población es partidario.

Aunque los dos hacen campaña, entre ellos hay una diferencia clara: unos podrán gobernar, cambiar, mejorar o empeorar la situación en España. Los otros, sn embargo, seguramente seguirán indignados.
Y digo seguramente, porque en los discursos políticos escuchados hasta ahora abundan las palabras ‘ganar’ y ‘victoria’, mientras que “arreglar” y “reformas” son las que se escuchan en los bandos que no incurren a las urnas. Y cuando los políticos hablan de "ganar" lo hacen con toda propiedad, ya que los únicos que acaban ganando son ellos, sin ninguna vigilancia sobre si trabajan o no y obviando los problemas del pueblo que les ha otorgado el poder. 

Esto significa que los programas electorales que serán irremediablemente votados, no contemplarán, seguramente, las reformas que el 15M defiende. Y aunque incluyan algún punto en su programa, lo más normal es que esa promesa caiga en el olvido que atrapa a los gobernantes cuando finalmente ganan.

Ahora bien, la lógica obliga a ser coherente con lo que se puede o no reformar y desde donde se puede hacer. Así, el sistema, tan criticado y fallido, resulta el único medio para cambiar las cosas, si así se quiere. Y después de haber llevado el mensaje político más allá de las fronteras de España(porque guste o no, el 15M hace política), lo útil sería formarse en un partido, para poder defender, de manera real, los ideales de millones de españoles indignados (ya que ahora mismo toca conformarse con las iniciativas legislativas populares a las que podemos recurrir por derecho....). 

Aunque, hoy por hoy, no parece que el 15M vaya a adquirir forma de papeleta, lo cual es una lástima dada la lógica que impera en las reivindicaciones del movimiento. Así que los indignados seguirán estando, aunque no quizás en el sitio correcto, que no es otro que en el mismo gobierno. 

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