Cerebro español busca uso en el extranjero


Es curioso lo mucho que España se preocupa por el avance científico del resto de países. Curioso o alabable ya que, puestos en la piel de americanos, ingleses, franceses y alemanes, los españoles bien nos merecemos una placa conmemorativa por nuestro apoyo incondicional a su eterno desarrollo. Y a nuestro continuo hundimiento. 

Porque no deja de ser proporcional la cuestión del avance; hacia delante los que reciben empujones y hacia atrás los que llevan lastre. Un lastre que en España bien podría recibir varios nombres de pecadores que, como bien aconseja el refranero, en esta ocasión dejaremos de lado para centrarnos, simplemente, en el pecado: la fuga de cerebros a espuertas que sufre España desde siempre

La cuestión, vista con perspectiva, es simple: Una educación obligatoria "financiada" por el Estado desde los 3 hasta los 16 años, a lo que hay que sumar el desembolso que cualquier hijo de vecino tiene que hacer por cursar estudios superiores o especializados. Pero cualquier hijo de vecino no descubrirá (o sí) en el futuro una solución para disminuir la mortandad en determinadas operaciones por cáncer, ni desarrollará un sistema pionero enmarcado en las nuevas tecnologías. No. Esos logros se reservan para los cerebros de España que, ¡oh, coincidencia!, son los mismos que reciben las becas de ayuda a los estudios en honor a sus méritos curriculares. Más desembolso en formación. Más preparación para el extranjero. 

Y digo el extranjero porque son ya varios los amigos o compañeros que, después de becas y ayudas, han tenido que abandonar España en busca de un futuro profesional digno. No millonario y ni siquiera brillante, sino digno. Algo que en este país no se les permite, y no porque ahora estemos en crisis, recesión o con la prima de guapo subido, sino porque aquí lo que prima (o lo que se premia, para evitar redundancias) es la palabrería, la mamarrachada o la desfachatez. Véase sino las sumas de dinero que manejan personajes de la calaña de Julián Muñoz o Mario Conde, valiente opción política este último, por cierto...

Sin desviarme del tema, y concluyendo, creo que de aquí a poco me veo encabezando un movimiento popular para pedir a EE.UU., Alemania, Inglaterra, etc., etc., etc., un pequeño reconocimiento, bien a modo de diploma, medalla, trofeo o portada del New York Times. A libre elección. Solo me reservaría el derecho a pedir que se especificase bien clarito aquello de "A ti, España, que tanto has contribuido en nuestro desarrollo, a fin de menospreciar el tuyo"

Y una copita de vino de La Rioja para brindar. Que de eso bien nos (pre)ocupamos. 


Comentarios

  1. buen post, difundo via twitter...
    me gustó el tono con el que lo escribiste :)
    verás, no hace mucho lancé un portal para titulados que se han ido de España (te he pasado el link en el nickname del comentario) y voy como loco informándome sobre el tema de la fuga de cerebros (así es como acabé en tu post). Un saludo!

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  2. Gracias por tu comentario, titxem
    Y por la web, que me pasaré a echarle un ojo ;)
    Saludos!

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  3. Hola, Ángela. Me ha gusto esta entrada y me gusta mucho el diseño de tu blog. Completamente diferente a lo que se ve normalmente. De hecho, no tiene la apariencia de blog, si no la de una web interactiva con las distintas ventanas que se abren y se cierran.
    Yo también apoyo la petición de que nos hagan algún tipo de mención a modo de plaquita en algún sitio o nos dediquen una plaza.
    ¡Saludos! Y gracias por leer mi blog.

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  4. Gracias, hay que Ber, por tu visita y tus palabras. Seguiré visitándote a ver que tal sigue tu vida en el extranjero! saludos

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