Disfraces y artículos de Carnaval seguros para la salud
Los disfraces y accesorios de Carnaval como el maquillaje y las pelucas deben estar
correctamente etiquetados para garantizar la seguridad del consumidor.
Los días de carnaval se rigen en especial por una cuidada metamorfosis de aquellos que participan de la fiesta. Para lograr el cambio que Don Carnal requiere, son muchos los elementos que se pueden utilizar para alterar la apariencia de cualquier persona. Cientos de artículos de similares características para colorear el pelo, vestir como un vaquero o parecer un tigre, gracias al maquillaje.
La única diferencia entre ellos es que algunos pueden ser peligrosos para la salud. Por ejemplo, por toxicidad, riesgo de combustión o inseguridad mecánica. Para evitar una mala elección, las asociaciones de consumidores recomiendan, en primer lugar, comprobar el etiquetado del producto. La información que nos proporcione, o la falta de ella, será determinante para saber si reúne o no los requisitos de seguridad que nos garanticen la ausencia de percances inesperados.
Correcto etiquetado de los productos de carnaval
La etiqueta del producto, que debe ser perfectamente legible, deberá estar redactada, al menos, en español, como lengua oficial del Estado. Así mismo, se situará sobre el producto o su envase, para que sea visible al usuario o consumidor. Como producto industrial, los disfraces y pelucas deberán incluir en su etiquetado, al menos, los siguientes datos:
- Nombre o denominación comercial del producto: aquel por el que se le conoce, a fin de evitar confusiones con otros artículos similares.
- Composición: cuando la actitud para el consumo dependa de los materiales utilizados en su fabricación.
- Características esenciales del producto: recomendaciones sobre uso y mantenimiento.
- Identificación de la empresa: dirección del domicilio y nombre o razón social del fabricante, importador, transformador o vendedor.Los productos como el maquillaje deben incluir, además, la fecha de caducidad mínima en el envase y el cartonaje, el número de lote y las precauciones de empleo. Este es un accesorio de carnaval al que hay que prestar especial atención por el peligro de toxicidad e irritabilidad que puede suponer al consumidor.
Disfraces infantiles de carnaval, mayor precaución
Dentro de los productos de fantasía que podemos encontrar para los niños, la legislación española establece una serie de requisitos de etiquetado en aquellos disfraces destinados a los menores de 14 años, considerados como juguetes. Lo primero a tener en cuenta en la etiqueta es la presencia del sello de la CE. Esto garantiza que el producto ha pasado ya los controles del fabricante y las inspecciones de seguridad. El riesgo de inflamabilidad o de un posible ahogamiento por piezas pequeñas desaparece con este sello. Pero hay otros detalles a los que prestar atención para alejar a los niños de posibles accidentes:
Evitar las pelucas de pelo largo: las pelucas de los niños deben ser de pelo corto para menguar en lo posible los riesgos de combustión.
- Las máscaras deben contar con buenos orificios de ventilación, aunque no se recomienda su uso para los más pequeños por los peligros de asfixia que conlleva.
- Los disfraces no deben contener elementos puntiagudos.
- El maquillaje infantil debe haber superado un control dermatológico. Esta información ha de figurar en el etiquetado.
Otra de las recomendaciones que lanzan OCU o el Instituto Nacional de Consumo van desde una correcta búsqueda y comparación de precios a la preferible elección de aquellos productos que presenten instrucciones de conservación. Siempre es recomendable elegir algo con una calidad demostrada y garantizada que, en un futuro, pueda ser reutilizado. Y si las características del producto comprado aseguran estas características, ya puede ser añadido a la colección de disfraces que, una vez llegada la Semana Santa, deberán volver a colgarse a la espera de otro año de fiesta y máscaras.
* Artículo de propia autoría publicado en Suite101 el 3 de marzo de 2011 (ya no disponible) y retocado el 7 de febrero de 2013.